Enric Lopez, Camiral Resort Head Professional.
Unirse a Camiral Resort en 2005 fue un sueño hecho realidad para el Head Professional, Enric Lopez. Dieciséis años después, todavía no puede creer su suerte y está agradecido por las oportunidades que su trabajo le ha ofrecido. Aquí, nos cuenta por qué le encanta su trabajo…
“Sus caras se iluminaron cuando Sergio les habló. Eran muy tímidos e intentaban acercase a él, tocar su bolsa, sus palos de golf y solo se reían – casi como si no creyeran que él estuviera realmente allí.”
Como profesional de PGA, a menudo me preguntan si lamento haberme convertido en un Tour Pro.
¿Remordimientos? ¡Ninguno, es más como que no puedo creer la suerte que he tenido!
Desde obtener el trabajo de mis sueños, tan pronto como adquirí mi certificado, hasta, más tarde, trabajar con una de las superestrellas mundiales del golf, pasando por enseñar a alguno de los jóvenes talentos del golf. Todavía tengo que pellizcarme cuando conduzco al trabajo cada mañana para asegurarme que todo es real.
Como conseguí el trabajo de mis sueños en Camiral Resort
Aprendí a jugar al golf con mis hermanos en el Empordá Golf Club y recuerdo que nuestro padre nos llevaba al Pals Golf Club para ver a José María Olazábal y al gran Severiano Ballesteros – otro chico del norte como yo – competir en el Open de Cataluña de 1991.
Ver a mis héroes de la infancia alzar la bandera del golf español y romper el libro de las reglas del juego como lo hicieron, fue fascinante. Desde ese momento, supe que llevaba el golf en la sangre y seria parte de mi futuro.
Durante mis estudios para convertirme en profesional, fui caddiemaster en el Empordá Golf Club, ayudando en todo el resort. En 1999, mis compañeros y yo fuimos invitados a la inauguración de un nuevo campo a 50km de distancia de allí. Se perfilaba para ser el “mejor” campo de la región y todos sentíamos curiosidad para ver el porqué de tanto alboroto.
En el momento en que vi el Stadium Course– o el Green Course como se llamaba en aquel entonces – fue amor a primera vista. El diseño era fenomenal, el entorno absolutamente fantástico y todos queríamos jugar en él.
Unos meses después, el Stadium Course acogió el Sarazen World Open, ganado por el capitán del equipo europeo de la Ryder Cup, Thomas Bjørn, y solo seis meses más tarde, su primer Open de España. Este campo claramente estaba dejando huella en el mapa mundial del golf y recibiendo una gran acogida. Sabía que quería trabajar allí.
En 2005, conseguí mi primer certificado para dar clases de golf y en el Empordà Golf Club me dijeron que no había ninguna oportunidad. Por ello, llamé a una antigua compañera, Mónica Martínez, quien se había convertido en una buena amiga, y estaba trabajando en Camiral Resort.
Recuerdo la llamada de ese día. Ella dijo: “Podrías preguntarle al jefe tú mismo” y le pasó el teléfono al director general en ese momento, Augustín García Pascual, quien inmediatamente me dio un trabajo. “Empiezas el lunes!” dijo. Estaba muy emocionado.
La enseñanza tiene enormes recompensas
Siempre supe que llevaba el golf en la sangre y empecé a competir desde muy joven, pero mi verdadera pasión era poder enseñar. Siempre me he sentido muy feliz cuando enseñaba a otros cómo jugar y compartía mi amor por el juego.
Supongo que esta pasión proviene de mi vida familiar. Soy el mediano de tres hermanos y desde pequeño cuidaba de mi hermano pequeño y sus amigos, siempre dispuesto a ayudar, mostrándoles qué y cómo hacer las cosas.
Enseñar a jugar al golf es una gran responsabilidad. Requiere dedicación y pasión, pero la recompensa es enorme. No hay nada como cuando ves a la gente mejorar y disfrutar aún más de su juego.
Y hay algo muy especial en enseñar a los jóvenes. La emoción genuina que sienten cuando algo sale bien, es magia y te aporta una sensación única de orgullo en ese momento. Simplemente, me encanta.
Aunque empecé a trabajar como marshal, con solo unas horas al día dedicadas a ayudar al Head Profesional con las clases, mi horario de clases creció substancialmente en solo unos años en Camiral Resort. Tanto es así, que me convertí en profesor a tiempo completo y en 2010, en el Head Golf Professional del resort.
En mi nuevo cargo, llevé a cabo el desarrollo de academia de golf para convertirla en una instalación destacada que atraería tanto a golfistas aficionados como a profesionales de todo el mundo.
The Golf Hub, creo que es la culminación de todos estos años de trabajo, desarrollando los mejores programas y planes a medida, contratando a expertos con visión de futuro, integrando tecnologías innovadoras, y uniéndolo todo en una instalación de última generación.
El Sergio Garcia de quince años
Los jóvenes son un gran foco para la academia de golf. Después de todo, son el futuro del golf. Por ello siempre nos hemos preguntado ¿Cómo involucrar a más jóvenes? ¿Qué les atrae? La respuesta: alguien que han visto en televisión, seguido en las noticias e intentado imitar durante horas– una estrella del golf.
Sergio Garcia era perfecto para Camiral Resort. Un niño prodigio, apodado El Niño, queestaba causando un gran impacto en el circuito internacional de golf y alzando la bandera de España.
Como parte de mi interés por la naturaleza inclusiva del golf, empecé a buscar formas de incluir a las personas con discapacidad en este deporte. De esta manera, asistí a un curso organizado por la Fundación Sergio Garcia con el objetivo de hacer accesible el golf a personas con discapacidad a través de programas adaptados, en los que se utilizaba el golf para ayudarles a integrarse socialmente.
Allí, conocí a la madre de Sergio Garcia. Estuvimos en contacto durante años y lo siguiente que hicimos fue reunirnos en Camiral Resort para finalizar los detalles de la primera Sergio Garcia Junior Academy.
No solo ayudaría a fomentar la siguiente generación de golfistas españoles, sino que también ofrecería programas inclusivos de enseñanza para personas con discapacidad.
Recuerdo la mañana que abrimos en 2011. Estaba muy ansioso, rodeado por niños entusiasmados y padres expectantes, mientras esperaba a que llegara Sergio para inaugurar la Junior Academy. Estaba desesperado porque todo saliera bien y todos tuvieran un día memorable.
Me hizo recordar el último día que lo había visto en persona. Había venido a jugar al Empordà Golf Club. Aunque ambos teníamos 15 años en ese momento, nos dimos cuenta de que yo solo era 20 días mayor que él – ¡un hecho que le recuerdo cada vez que nos vemos!
Cuando Sergio conoció a los niños en Camiral Resort, parecía que los conocía desde hacía años, riéndose y haciendo bromas, compartiendo consejos y sugerencias, como si fueran amigos, fuera del campo de golf.
Con el paso de los años, Sergio y los Juniors se han convertido en buenos amigos. Cada vez que nos visita, se pone al día con los mayores, tal como lo harías con un viejo amigo. Siempre es increíblemente positivo y paciente. Le encanta ayudar, disfruta de unas risas, y es un buen oyente.
Todavía recuerdo las caras de los niños ese primer día.
Sus caras se iluminaron cuando Sergio les habló. Eran muy tímidos e intentaban acercase a él, tocar su bolsa, sus palos de golf y solo se reían – casi como si no creyeran que él estuviera realmente allí.
Fue increíble verlos tan emocionados, tan desconcertados con el hecho de que habían conocido a su héroe.
Sergio conoce a todos los alumnos por su nombre. Tiene buena memoria y a veces recuerda los detalles más pequeños. Tanto es así, que incluso los reconoció cuando fueron a verle jugar en torneos del European Tour.
Deberías ver lo emocionados que están cuando vienen a decirme que Sergio les ha visto entre el público y les ha dedicado un tiempo para hablar con ellos.
Es una sensación que casi iguala la euforia que siento cuando conduzco al trabajo todos los días.